Descúbrelo todo sobre la intersexualidad

Sí, sí, como lo lees: “intersexualidad”. ¿Cuántas veces has escuchado esta palabra? Igual es tu primera vez o quizás la has leído en algún lado, pero no te quedó muy claro qué significa exactamente. Y es que poco se habla del tema, ¡hasta para la medicina era un tema tabú hasta hace unos años!

La intersexualidad es la presencia de características sexuales “femeninas” y “masculinas” (internas o externas) en la misma persona. Dicho de otra forma, una persona intersexual tiene caracteres sexuales “ambiguos”, o sea, que no se pueden clasificar del todo ni como “masculinos” ni como “femeninos”.

Un claro ejemplo de intersexualidad sería tener vulva y, en lugar de ovarios, testículos. Puede que tengas miles de dudas ya a estas alturas, pero que no cunda el pánico, vamos a intentar contestar a todas tus preguntas y visibilizar esta realidad.

A diferencia de lo que muchas personas creen, la intersexualidad y el hermafroditismo son conceptos muy distintos.

Un organismo hermafrodita tiene órganos reproductivos mixtos, capaces de producir espermatozoides y óvulos. Mientras que una persona con caracteres intersexuales, sin embargo, ¡no tiene un órgano sexual y reproductivo mixto! De hecho, en el caso de que tenga características del pene y de la vulva, uno de los dos genitales estará más desarrollado que el otro.

Esto significa que una persona intersexual no produce a la vez espermatozoides y óvulos. Puede producir uno de ellos o ninguno, pero no ambos.

Hay quien confunde la intersexualidad y la transexualidad, pero la verdad es que son conceptos diferentes.

Las personas transexuales nacen con características sexuales o bien “masculinas”, o bien “femeninas”, pero su identidad de género (sentirse mujer, hombre u otros géneros) no coincide con sus características sexuales. Por ejemplo, es el caso de una persona que tiene pene, pero que se siente mujer.

Sin embargo, las personas con caracteres intersexuales tienen características “físicas” no convencionales, pero eso no significa que se sientan en desacuerdo con su identidad de género.

La intersexualidad tiene que ver con los genitales, y la transexualidad, con la identidad de género.

Por muy raro que parezca, es mucho más común de lo que se cree. De hecho, según lxs especialistas, las personas con caracteres intersexuales representan el 1,7-2% de la población mundial. Esto es casi el mismo número de personas pelirrojas que hay en el mundo. Por si aún te parece poco, te ponemos otro ejemplo: ¡es equivalente a toda la población rusa!

¡La intersexualidad no es una patología ni una malformación! Sencillamente, es algo que pasa por naturaleza.
Cuando nacemos no siempre se puede definir nuestro sexo con exactitud. Esto se debe a que la intersexualidad no es tan evidente en todos los casos.

Muchas personas no se dan cuenta de que tienen características intersexuales hasta que los cambios corporales “típicos” de la pubertad no cumplen las expectativas. Por ejemplo, no tienen la menstruación, no les crece pelo en el cuerpo o desarrollan una voz más grave.

Algunas personas, en cambio, lo averiguan cuando se plantean tener bebés. Al ver que no lo consiguen tras muchos intentos, se realizan pruebas de fertilidad y descubren que sus caracteres sexuales internos no son “femeninos”. Incluso hay personas que nunca llegan a saber que son intersexuales.

La intersexualidad no siempre se reconoce a simple vista, de hecho, tiene que ver tanto con nuestros caracteres sexuales externos (por ejemplo, los genitales), como con los internos (gónadas, cromosomas y hormonas). Como entenderás, en el caso de los últimos, solo podemos saber que existen a través de pruebas médicas.

Además, ¿sabías que hay más de 40 causas por las que puede originarse la intersexualidad? Aún falta mucho por estudiar sobre el tema… ¡pero lo que es seguro es que es una cuestión natural más del ser humano!

Por si te preguntas qué pasa con el sexo, te diremos que la vida sexual de las personas intersexuales puede ser tan feliz, plena y satisfactoria como la de cualquier otra persona.

En la mayoría de los casos, de hecho, el disfrute sexual no tiene nada que ver con los genitales. ¡Así que, tengas los genitales que tengas, puedes seguir pasándotelo en grande!

¡Depende! Hay personas que sí pueden tener bebés y, por lo tanto, son fértiles, y otras que no pueden porque no cuentan con las condiciones óptimas para reproducirse. En cualquier caso, esto no significa que no puedan crear una familia a través de otros medios.

Cada persona es un mundo, y la intersexualidad es un espectro amplísimo en el que se pueden contemplar múltiples posibilidades. Aquí van unos consejos que te pueden ayudar:

  • Ponte en manos de especialistas. Lo primero es que acudas a consulta con especialistas para que te asesoren sobre tu caso particular.
  • Es normal sentir confusión, preocupación o desconcierto al principio. Desgraciadamente, no hay mucha información sobre la intersexualidad, y no está tan visibilizada como debería. Si necesitas saciar tu curiosidad, busca información en asociaciones intersex como Brújula Intersexual, donde encontrarás más personas que están viviendo lo mismo que tú ¡No estás solx!
  • Recuerda, el aislamiento no es una solución. No tienes nada de lo que avergonzarte ni nada extraño que haya que esconder. Te recomendamos compartir tus experiencias con una persona cercana de confianza. Expresar nuestras emociones, sentimientos y miedos es una manera de aceptarnos y normalizar la situación. Habla con amigxs, escribe lo que estás pensando o dibuja cómo te sientes. ¡Libérate!
  • ¡Lucha por tus derechos! Tienes los mismos derechos que cualquier otra persona, no permitas que te discriminen.

Si quieres saber más sobre el tema, te dejamos la conversación que tuvimos con Gabriel J. Martín, psicólogo intersexual que nos cuenta cómo se vive la intersexualidad en primera persona y cuáles son las barreras sociales que existen hoy en día.