Querid@ dueñ@:

Antes que nada, te adoro; y no es peloteo, solo tengo ojos para ti. Me encanta hacerte sonreír y siempre que nos juntamos nos lo pasamos superbien. Pero claro, vengo a reivindicar un par de cosas, que telita a veces tú también:

Empiezo con el tema cajón. Precioso el cajón, maravilloso. Me he hecho íntimo de las pilas, de los condones y he encontrado a mi némesis, ese maldito libro que lleva meses ahí dentro y nunca lees. Pero a ver, quiero ver mundo. A tu pareja bien que la llevas al salón y se la enseñas a tus colegas. Tengo un poco de claustrofobia, por favor, ponme en una estantería, aunque sea, más ventiladito.

Quiero decirte también que soy mucho más versátil de lo que crees. Úsame para jugar con la parte de tu cuerpo que más te guste. Tus pechos, tus labios, tu cuello, tus muslos... No estoy diciendo que me haya cansado de ver siempre lo mismo, eso jamás; solo que estaré encantadísimo de hacerte disfrutar sea lo que sea que te guste. Soy mil veces mejor que una navaja suiza; que poco más y puedo hacerte hasta la cama.

También vengo a decir que tres no son multitud. No me malinterpretes, no quiero conocer a nadie más; solo creo que tengo muuuucho que aportar a tus juegos en pareja. Imagínatelo. Tú, tu compi de juegos y yo, con mis mil millones de revoluciones por minuto, poniéndoos a tope. O sea, yo no quiero decir nada, solo dejo caer que puedo llegar a sitios que otros no pueden. Ya está, ya lo he dicho.

Luego está este otro tema que quiero tocar con delicadeza. Sé que a veces me coges con prisa, pero jolines, cuando me dejas, ponme un poco de Toy Cleaner, que es un segundo. Luego me dejas ahí, en el cajón, y el libro se queja de que huelo raro. Me tiene harto el librito de las narices. Léelo o ponlo en otro sitio, por favor. Sé que queda muy bien tener un libro de Dostoievski en la mesita, pero jolines, qué cansino. Virginia Woolf queda igual de cultureta y se lleva mejor con nosotros.

Y, por último, y no por ello menos importante, vengo a decirte que eres la persona más sexy del universo, sobre todo cuando disfrutas. Me encanta ser el "culpable" de tus gemidos, de tus temblores, de tus gritos ahogados. Adoro acariciar tu cuerpo desnudo y subir mi intensidad a tu merced. Me vuelvo loco cuando llegas al orgasmo, cuando siento tus espasmos, cuando me invade tu aroma. Me utilizas y me encanta. No dejes de utilizarme jamás.

Siempre tuyo,

Tu juguetito

–––––––––

Nos hemos encontrado esta carta hoy al llegar a la ofi, puesta encima de la mesa, con un “El día que hable, vibra España” escrito en el sobre. No nos pudimos resistir a una frase tan sensacionalista.

Y después de leer la carta, solo podemos decir que tienes un juguetito maravilloso, no para de hablar bien de ti. Así que hoy, en cuanto llegues a tu habitación, ¿qué te parece si le das un poco de amor?

Y si no tienes uno aún, echa un ojo a nuestra web y coge el que más se adapte a lo que buscas:

...

Y ahora... ¡a disfrutar!