Edging | La técnica para controlar el orgasmo

Edging: cómo controlar tus orgasmos

Descubre esta técnica para alargar tus orgasmos y mejorar tus experiencias sexuales

Aunque una relación sexual placentera no tiene que ir necesariamente ligada al orgasmo, este es, ya sea a solas o en compañía, un momento increíblemente placentero y que nos encanta disfrutar. Si bien casi siempre tratamos de alcanzarlo cuanto antes, prestemos atención a la sabiduría popular cuando nos dice que lo bueno se hace esperar.

Por eso, te traemos todo lo que necesitas saber sobre el edging y cómo aplicarlo para conseguir orgasmos más largos y vivir experiencias sexuales diferentes que nos permitan alargar el placer.

¿Qué es el edging?

La palabra edging significa 'borde' u 'orilla' en inglés. En términos sexuales, equivaldría a quedarse al borde del orgasmo. En castellano esta técnica es denominada control del orgasmo o punto de no retorno.

Aunque en otros contextos quedarse a las puertas del clímax puede resultar de lo más frustrante, en este es todo lo contrario. Si aplicas esta práctica varias veces, cuando por fin lo alcances, tu orgasmo será mucho más largo y conseguirás entrenar tu umbral orgásmico. Lo que sí podemos asegurarte es que valdrá la pena.

Cómo llevarlo a la práctica

Para disfrutar de este placer no necesitas a nadie, puedes hacerlo a solas o en compañía. Lo que sí que necesitas es saber cómo hacerlo. Y es tan sencillo como seguir estos pasos:

Imagina y estimúlate

Empieza estimulando tus zonas más sensibles. Acaricia tus genitales por encima y poco a poco. Hazlo con tus dedos y, si quieres elevar las caricias a otro nivel, añádele un toque de vibración con la bala vibradora Bali. Y ahora, da rienda suelta a tu imaginación.

No pares

En cuanto empieces a sentir placer, sigue. Vas por buen camino. Prueba a cambiar el ritmo, la presión, la zona... No te centres únicamente en el clítoris o el pene, estimula los labios, el glande, los testículos, el escroto... En definitiva, explora de forma más completa tus genitales. Esto te ayudará a disfrutar de sensaciones placenteras distintas a las habituales.

Si tienes vulva y quieres asegurarte una estimulación completa, deja que Morgan, el vibrador conejito todoterreno, haga el trabajo por ti. Y si tienes pene, no te pierdas la explosión de sensaciones que te proporcionará Lumbra.

Aprende a detectar el punto de no retorno

Durante la estimulación, comprobarás que tu respiración se acelera, que te invade una sensación de calor y que la sangre se concentra en tus genitales. Estos son los indicadores principales de que estás cerca del punto álgido del placer: cerca del punto de no retorno.

Detén la estimulación genital

Ahora, detente y deja que tu cuerpo baje la tensión sexual hasta alcanzar un estado de calma. Lo cierto es que no se trata de una técnica demasiado compleja. Lo más complicado es ser capaz de detener la estimulación. La mejor manera de conseguirlo es pensar que el placer será mayor si aplicas esta técnica.

Explora otras formas de estimulación

En el paso anterior hablábamos de detener la estimulación genital. Sin embargo, tienes permiso para seguir estimulando otras partes de tu cuerpo, como los pezones o los muslos. Recuerda que el órgano sexual más extenso es la piel.

Retoma la estimulación genital

Aunque haya alcanzado un estado más calmado, tu cuerpo sigue activo y dispuesto a terminar lo que había empezado. En este punto ha llegado el momento de volver a los genitales y dar paso a un intenso orgasmo.

El final será de película. Y, si quieres que sea merecedor de un Oscar, invita a jugar a Lucas.

¿Qué beneficios tiene el edging?

La práctica del edging te proporcionará gran cantidad de efectos positivos tanto físicos como mentales.

A nivel mental, esta técnica te enseñará a poner en valor no solo la meta, sino el camino hacia ella, a tomar el control de tu sexualidad y a disfrutar del sexo sin necesidad de la constante intervención de los genitales.

Además, debes saber que jugar con el punto de no retorno te ayudará a ser más consciente de la sensibilidad de todo tu cuerpo y de las sensaciones que se producen al estimularlo. Y no solo eso: conocer tus límites te permitirá entender mejor tu sexualidad y tener mayor control sobre tus reacciones.

En primer lugar, las personas con vulva disfrutarán de una mayor lubricación vaginal. Y a su vez, aunque no lo parezca, esta técnica ayuda a ejercitar los músculos pélvicos. ¡Ir al gimnasio está sobrevalorado!

Por otro lado, no está de más recordar que el placer sexual produce oxitocina, que es la hormona (y el neurotransmisor) que promueve la vinculación afectiva, la empatía, la memoria, y el aprendizaje.

la mejor forma de comprobarlo es aplicándolo a tus experiencias sexuales. Lo más importante es no tener miedo de explorar los límites de nuestro cuerpo y todos los rincones del placer.
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