BDSM para principiantes: consejos para adentrarse en el mundo del BDSM

El BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) forma parte de esos placeres que te adentran en nuevos terrenos de la sexualidad. Las personas que lo practican saben muy bien qué es lo que quieren y lo que no, y distinguen la fantasía de la realidad. 

Un error común es pensar que todas las manifestaciones del BDSM implican infligir un dolor extremo. Sin embargo, algo tan simple como arañar la espalda o dar unos azotes puede ser BDSM.

Bajo su paraguas se encontraría cualquier práctica sexual que se produzca en la intimidad de personas adultas, sin causar daño a nadie, realizada con el maravilloso objetivo de pasarlo bien y en la que haya acuerdo mutuo. En definitiva, se trata de superar los límites y explorar nuevos territorios con vuestras parejas sexuales.

Consentimiento

No nos cansaremos de decirlo: el límite siempre es consensuado, y si no hay disfrute, no hay juego. La práctica del BDSM se basa en el consentimiento y requiere mucho respeto y comunicación abierta entre las personas implicadas. Hay otras siglas que debemos tener bien grabadas: SSC (en referencia a unas prácticas seguras, sensatas y consensuadas).

En el BDSM tienen la misma importancia la preparación, el juego y los cuidados posteriores

Una vez escogidos vuestros roles, nombres y palabra de seguridad, podéis poneros a elaborar vuestro contrato, y una vez esté hecho… ¡A jugar!

Selecciona un atrezo

En el BDSM, los complementos son una parte casi indispensable. Aunque os pueda servir cualquier lugar, lo ideal es dedicar un espacio exclusivamente a vuestros juegos. Un sitio cómodo, decorado a vuestro gusto y, a ser posible, algo insonorizado o apartado de vecinxs.

Para entrar más en el papel, escoged un disfraz en el que os sentáis sexys y que vaya acorde al rol que hayáis escogido. Pueden entrar en juego el látex, algo de lencería especial, pezoneras, máscaras, arneses… Todo aquello que os haga sentir una persona distinta, dominante o dominada. Contemplad solo aquello que os hará pasar horas de placer y que pondrá en marcha vuestra imaginación. 

Si os estáis iniciando, podéis hacer una lista de deseos y planificar cuánto deseáis experimentar. ¡Que suba la temperatura!

Aumenta las sensaciones

Parte de la gracia de una sesión de BDSM es la limitación, no saber a ciencia cierta qué va a ocurrir. Privar a la persona dominada de la vista es un buen juego de iniciación BDSM . Podéis usar un antifaz, un pañuelo o cualquier elemento que tengáis en casa para tapar los ojos. ¿Da un poco de miedo? Esa es la gracia, el no saber qué te espera, que suba la excitación sexual y que tengas la piel de gallina en todo momento.  

Azotes

La zona de los glúteos es muy sensible, pero al mismo tiempo está “diseñada” para sufrir impactos, y lo cierto es que para mucha gente hay pocas cosas más excitantes que azotar o que te azoten, especialmente en la postura del perrito. Dependiendo de cada persona habrá una motivación psicológica, física o la mezcla de ambas. Se puede recurrir a los azotes con la mano abierta o usar un instrumento adecuado, ligero y cómodo, como la paleta Bam Bam o el látigo flash.

Mordiscos 

El BDSM es una subida de potencia y sensaciones... dejaos llevar por la pasión y aprovechad para daros besos largos e intensos. Los besos se pueden transformar en mordisquitos en los labios o en el resto del cuerpo. Pon especial atención en zonas erógenas como pueden ser los pezones o los lóbulos de las orejas. Podéis empezar con poca intensidad y subir poco a poco hasta que la otra persona diga que la potencia es la adecuada. Cuidado con la zona de los genitales, esas zonas no son muy amigas de los dientes ni de los mordiscos, pero todo es cuestión de ir preguntando. 

Átame lo justo 

Como hemos explicado anteriormente, uno de los fundamentos del BDSM es que una de las personas esté en posición de sumisa y la otra la domine. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que atar las manos de la persona dominada? Podéis utilizar esposas, cuerdas o una tela. Las ataduras deberían ser lo suficientemente fuertes como para que no se puedan quitar con facilidad, pero sin que resulten tan molestas como para cortar la circulación o causar quemaduras por el roce. 

Cuando acabéis vuestra sesión de BDSM, volved a la vida real poco a poco. Aseguráos de que a ambxs os ha gustado la experiencia para saber si queréis volver a repetirla.
...

El mundo del BDSM es muy amplio y diverso. Cuanto mayor sea la experiencia y más comodidad sientas en la práctica, más disfrutarás. Si te interesa adentrarte un poco más en este mundo puedes descargar nuestra guía aquí.  

Descarga Gratis nuestra guía de iniciación al BDSM
guia iniciacion bdsm