Tu vagina se llena de aire cuando recibe penetración, y este aire es expulsado en algún momento sin previo aviso. Es totalmente natural.

Queefing, este es el verbo que se ha inventado la gente angloparlante para denominar de forma elegante el hecho de tirarse pedos vaginales. Un queef es un pedo vaginal, y queefing es tirarse pedos vaginales. Poner nombre a las cosas las hace reales, las normaliza. ¿Por qué no hay ninguna propuesta en español para poner nombre al fenómeno de tirarse pedos vaginales? Para salir del paso, voy a españolizar el anglicismo, como tantas otras veces hemos hecho. A partir de ahora, hablaremos de “cuifs”. 

Si tienes vagina, seguro que has experimentado alguna vez, durante el sexo o incluso haciendo abdominales en el gimnasio, un pedo vaginal. La primera vez seguro que pensaste: “¿Me acabo de tirar un pedo que me ha salido por la vagina?” “¿Es esto posible?”

Esto pasa porque no tenías ni idea de lo que era un pedo vaginal. Tranqui, yo tampoco lo sabía. ¿Acaso lo hemos visto alguna vez en alguna escena de sexo en el cine? No, estos pedos no se representan, pero existen.

¿Qué son los cuifs o pedos vaginales?

Los pedos vaginales normalmente se producen por el aire acumulado de forma reciente en el interior de la vagina. Es aire que se empuja y luego se libera. Nada tienen que ver con los pedos que vienen después de ese plato de alubias, que son fruto de las bacterias del intestino que generan gases con altas proporciones de metano. Por suerte, los pedos vaginales no huelen, así que, relax. 

¿Cómo se producen exactamente?

Para entender cómo se produce el cuif, es fundamental recordar que las paredes de la vagina, cuando esta recibe penetración, tienden a adaptarse a la forma de lo que la penetra. Esto genera un efecto hermético entre las paredes de la vagina y el sujeto que entra (ya sea un pene, un juguetito sexual, dedos o lo que tú quieras que sea), por lo que es muy difícil que entre el aire. 

Ahora bien, si las paredes de la vagina están debilitadas se pierde este efecto hermético y esto es lo que provoca la entrada de aire. Si la penetración se da en una postura sexual que facilita la entrada de aire, como la del perrito, o se cambia mucho de postura, habrá más posibilidades de pedos vaginales (básicamente porque todo este aire que ha entrado tiene que salir en algún momento).

¿Se pueden evitar?

Aunque los pedos vaginales son algo muy natural, tenerlos de forma frecuente no lo es. Si se dan de forma recurrente, podría ser porque el suelo pélvico está debilitado. En este caso, lo mejor que se puede hacer es visitar a especialistas de fisioterapia del suelo pélvico. Si te lo recomiendan, puedes hacer algunos ejercicios para mantener tu vagina en forma, como hacer abdominales hipopresivos, los famosos ejercicios de Kegel o utilizar bolas chinas (te recomiendo las bolas Ada Trío). Eso sí, es muy importante no usar las bolas chinas ni las pesas sin la supervisión de profesionales, especialmente durante el embarazo y el puerperio (tiempo de recuperación del postparto), tampoco durante la menstruación o si tienes una infección vaginal.  

¿Por qué se debilita el suelo pélvico?

Una de cada tres vaginas padece debilitamiento del suelo pélvico. Los músculos de esta zona pueden debilitarse a causa de malas posturas, estreñimiento, cambios fisiológicos que comportan el embarazo y el parto, deportes de impacto e incluso cantar o tocar algún instrumento de viento. Recuerda: los ejercicios de Kegel o las bolas chinas no son solo para gente mayor o para después del parto. Cuanto antes empieces a ejercitar tu suelo pélvico, mejor, es todo beneficios para tu vida sexual. 

Los beneficios de tonificar el suelo pélvico

Son muchas las mejoras que se notan después de seis a ocho semanas haciendo hipopresivos, ejercicios de Kegel o usando bolas chinas. En primer lugar, un suelo pélvico tonificado mejora la lubricación natural de la vagina (relaciones menos dolorosas y más placenteras) y previene los problemas de incontinencia urinaria. Además, también facilita el parto y la rehabilitación de la musculatura tras una cirugía pélvica. Y, por último, pero no menos importante, tonificar el suelo pélvico mejora la intensidad de los orgasmos porque los músculos, al estar tonificados, generarán contracciones más placenteras y, por lo tanto, mejores orgasmos.

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Recuerda: no tienes que pedir perdón por un pedo vaginal ni fingir que no ha pasado, porque… ¡es totalmente natural e involuntario! Además, técnicamente ni siquiera son pedos. Forman parte de nuestro cuerpo, y siempre puedes contar con el mejor aliado en estas situaciones: el humor. Ríete, bromea, y tu pareja sexual lo va a hacer contigo mientras seguís disfrutando.