Consejos para rodar una peli casera con total seguridad: ¡luces, cámara y acción! 

Una forma de salir de la rutina sexual tanto en el ámbito de la masturbación como en el sexo en pareja es grabándote. Pero, por muy seductora que resulte la idea, no debemos dejar de pensar en los riesgos de este tipo de prácticas. Es cierto que no es algo que deba hacerse a lo loco y sin tomar ciertas precauciones, por eso, a continuación te contamos los beneficios y los riesgos que conlleva esta práctica y algunos consejos útiles si has tomado la decisión de adentrarte en esta experiencia y quieres disfrutar del morbo de grabaros jugando. 

Beneficios de grabarse durante la práctica sexual 

  • Confianza y autoestima: ponerse frente a la cámara en actitud sexual puede ayudar a mejorar aspectos fundamentales para disfrutar de la excitación como son la aceptación de nuestro cuerpo y la autoestima sexual. Vernos delante del espejo ayuda a reconocerlo y a reconectar con nuestro él. Además, hacerlo con una actitud positiva y con un fin divertido ayudará a dejar las vergüenzas y complejos de lado y descubrir nuestro lado más sensual. Por eso, ponerte delante de una cámara puede ayudarte a aumentar tu autoestima, a tener una mayor confianza en ti y, por qué no, disfrutar de tu lado más sexy.
  • Reavivar el deseo sexual: grabarse teniendo relaciones sexuales, ya sea a solas o en compañía, puede ser un recurso eficaz para aumentar el deseo sexual. 

Riesgos y consejos para minimizarlos 

El sexpreading (la divulgación de contenido erótico de una persona sin su consentimiento) es una realidad. El primer paso para grabarte con una pareja sexual es que ambas partes expresen su consentimiento y que se llegue a un acuerdo sobre qué se hará con el vídeo: en qué momento se borrará, dónde se guardará, qué pasará con el vídeo una vez que el vínculo afectivo se rompa, etc.

Se trata de una forma de minimizar los riesgos y establecer unos términos de común acuerdo a la hora de hacer un vídeo cuya divulgación puede resultar comprometida. 

Una vez consensuados los términos… ¡A rodar! 

Ahora sí que sí, aquí te dejamos algunos consejos para que puedas disfrutar de la experiencia cinematográfica de una forma segura. 

Deshaceos de las pruebas 

Si tienes miedo de que el vídeo pueda terminar en Internet, esto es fundamental: podéis grabaros, disfrutar del morbo de estar frente a la cámara, verlo, y después borrarlo. Es la mejor manera de asegurarse de que ese vídeo no acabe circulando por la red.

Si confiáis en que el vídeo va a estar a buen recaudo podéis guardarlo, nunca se sabe cuándo os va a apetecer verlo. Eso sí, guardadlo en una carpeta, dentro de otra carpeta, dentro de otra carpeta de vuestros ordenadores con el nombre menos apetecible que se os ocurra. Lo mejor será que evitéis guardarlo en el móvil. 

Además, una buena opción puede ser usar máscaras o grabar solo el cuerpo, sin que se vea la cara. También podéis evitar que salgan tatuajes o marcas con las que os pudieran reconocer.

Cread la atmósfera adecuada 

Sentirse en un entorno cómodo es esencial para que todo fluya con naturalidad. Por eso, empezad con el ambiente. Es un vídeo, así que la atmósfera ha de ser perfecta: todo ordenado y bien despejado, lencería sexy, velas de masaje que os ayuden a empezar a jugar… Todo lo que se os ocurra y lo que haga falta para sentiros a gusto y pasar al siguiente punto. 

Dejad volar vuestra imaginación 

El morbo de hacer algo fuera de lo habitual puede ser de lo más inspirador. Y  la excitación de saber que estáis grabando todo lo que hacéis puede llevaros a querer probar cosas que nunca antes os habíais planteado. ¿Por qué no probáis suerte con el BDSM? Azotes, pellizcos, mordiscos, bondage… Si esto ha llamado tu atención, échale un vistazo a nuestro artículo sobre cómo iniciarte en esta práctica. 

Usad el ángulo más apropiado 

Puede pasar que después de haberos grabado dándolo todo vayáis a ver el vídeo y os encontréis con que el jarrón de la mesa ha estado tapando la escena todo este rato, o con que la luz de la lámpara sacaba a relucir algo que no teníais previsto o partes de vuestra casa poco excitantes. 

La solución es sencilla. Colocad la cámara en un sitio que esté a vuestra altura y a una distancia de al menos un metro y medio. El mejor ángulo suele ser el lateral: os permitirá verlo todo, sin que su trasero tape tu cara, o tus piernas tapen a tu pareja sexual. 

Empezad por planos cortos 

Si es vuestra primera sesión de cinematografía casera, os podéis centrar en grabar zonas muy específicas en lugar de todo el cuerpo, ya que al principio puede resultar algo chocante, sobre todo si sufres de miedo escénico. 

Empezad grabando vuestras caras, vuestro torso, observad vuestras reacciones, cómo gemís, cómo se acelera vuestra respiración... Y después, cámara en mano, bajad a la zona de los genitales y grabad de cerca mientras jugáis. Podéis hacer un primer plano de vuestros miembros, dedos o juguetes entrando y saliendo, grabaros los pechos y observar de cerca cómo reaccionan a la estimulación. ¡Dejad volar la imaginación! Centrarse en los detalles puede resultar excitante y no tan abrumador. 

Despreocupaos 

Sentirse en plena confianza y tranquilidad con la otra persona es prioritario a la hora de llevar a cabo esta práctica con el objetivo de divertiros y romper con la rutina. Si todo sale bien, ¡en algún momento habréis olvidado hasta que hay una cámara! No lo olvidéis: el sexo siempre ha de ser divertido y consensuado. 

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Si decides grabarte de manera consciente y consensuada, puedes vivir una experiencia de lo más excitante y divertida. Eso sí, siempre has de tener en mente los riesgos para poder minimizarlos y disfrutar al máximo de la experiencia… ¿Te atreves a ser una estrella de cine?