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Relaciones liana: una relación tras otra

Para superar una ruptura lo mejor es pasar por el duelo, porque un clavo no saca otro clavo 

Así es: un clavo NO saca a otro clavo. En ocasiones, estamos tan acostumbradxs a estar en pareja, que el hecho de vernos solterxs nos da vértigo. Y eso nos puede llevar a buscar a otra persona lo antes posible, sin darnos tiempo a curarnos y a aprender a estar a gusto con nosotrxs mismxs.

Solo hay que tener paciencia y superar el duelo de la separación. Es importante aceptar los sentimientos que emergen para poder volver a empezar a solas o en compañía.

La teoría está muy bien, pero ¿qué te pasa durante una ruptura? ¿Qué puedes hacer para superarla? Y, sobre todo, ¿por qué no debes entrar en una relación de rebote?

¿Qué son las relaciones liana? 

Son aquellas relaciones que empiezan justo cuando acabas de terminar otra relación. En este caso no hay oxigenación, y no tienes tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido. Estos idilios tienden a ser procesos de reciclaje en los que el amor se convierte en algo de usar y tirar, en una bola que se hace cada vez más grande y dolorosa.

Tienes que ser capaz de cerrar un ciclo antes de empezar otro para no arrastrar contigo las experiencias dolorosas y las consecuencias negativas de tu relación anterior. 

En cierto modo, saltar de una relación a otra es una manera de borrar momentáneamente el dolor de una ruptura, pero no de curarlo.  

¿De dónde viene esa necesidad de enganchar una relación tras otra?

Algunos de los motivos pueden ser... 

  • Falta de capacidad para gestionar el vacío que ha dejado la separación. Suples el sentimiento de dolor con una nueva persona. 
  • Miedo a la soledad: de manera (in)consciente, piensas que no eres nadie sin otra persona a tu lado.    
  • Falta de confianza en tu red de apoyo o no quieres que te vean mal. 
  • Tienes la sensación que tu vida gravita alrededor de una relación de pareja y tiendes a pensar que “se es más feliz en pareja”.

Es muy importante ser consciente de que cuando se acaba una relación, entramos en un estado de vulnerabilidad y puede que pasemos por varias fases:

  1. Fase de negación: al principio niegas la realidad, es una forma de protección después del primer impacto de la ruptura.
  2. Fase de ira: sientes rabia e ira hacia tu ex. Aquí es normal sentir frustración y culpamos a la otra persona de los males de la ruptura.
  3. Fase de negociación: es la más peligrosa, ya que es la que hará que quieras recuperar tu antigua relación. Solo ves las partes positivas de lo que viviste, olvidando los motivos de la separación. 
  4. Fase de depresión: empiezas a perder la esperanza de recuperar a la otra persona. El dolor emerge en todo su esplendor.
  5. Fase de aceptación: una vez aceptadas y superadas todas las fases anteriores, empiezas a ver el futuro más claro. Comienzas a estar a gusto contigo y ya te puedes plantear buscar a una nueva pareja, si es eso lo que quieres. 

Si no pasas por estas fases y decides seguir adelante sin mirar detenidamente si se ha roto algo dentro de ti, esto puede tener consecuencias muy negativas en tus futuras relaciones.

¿Qué consecuencias puede tener vivir una relación liana? 

Cargar con una mochila sentimental muy pesada

Permítete llorar, gritar, estar mal y apoyarte en tus seres queridos para poder seguir adelante. Siempre nos acompañará una mochila con nuestras experiencias anteriores, pero la idea es que no nos pese más que nuestro propio cuerpo.

No conocerte

Saltar de una pareja a otra puede provocar que tengas una falta de autoconocimiento, que te acabes definiendo a través de las relaciones y de las personas con las que estás, olvidándote de ti.

Una mala gestión emocional

Empezarás una nueva relación con una carga de emociones no gestionadas. No querrás profundizar ni sabrás lo que quieres y lo que no, lo que te dificultará poder tener relaciones sanas.

¿Qué puedo hacer para no caer en esta trampa? 

Pasar el duelo 

Lo más importante para no caer en una relación liana, y nos repetimos, es pasar un período de duelo.

Hay que superar la pérdida de la persona amada, así como las expectativas, las esperanzas y la inversión que habías puesto en esa relación.

Hablarlo

Lo normal es que estés una temporada mal, y no pasa nada. Es muy importante que saques todo el dolor que llevas dentro y que hables con amigxs, familiares o, en el caso de que estés muy perdidx, que hables con profesionales.

Darte tiempo

Tienes que permitir que pase el tiempo necesario. Cada persona pasa por un proceso distinto y va a su propio ritmo. El tiempo es relativo, es más importante el trabajo personal que un calendario estricto.

Analizar qué sientes

Identifica tus emociones y dales un significado. ¿Qué estoy sintiendo? ¿Por qué estoy sintiendo esto?  

Y recuerda: nadie tiene que ser tu tirita

Refugiarse en alguien para solo camuflará el dolor de la ruptura, pero no lo curará. Te cuidado, porque puedes hacer mucho daño a la persona que has arrastrado en este juego.

Antes de buscar a otra pareja, pregúntate: ¿por qué quiero una pareja? ¿Qué necesidad tengo de estar con otra persona? ¿Qué busco en esa pareja?

Aprovecha para disfrutar y hacer lo que realmente te apetezca, reconecta con gente que tenga tus mismos intereses y hobbies.

 

...

Al fin y al cabo, puede que no necesitemos a una nueva pareja, sino simplemente un nuevo punto de vista sobre nuestra vida y lo que queremos. Tendríamos que olvidar esa expresión de “Un clavo saca a otro clavo” y recordar más la de “El tiempo todo lo cura”.

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