Descubre esta selección de posturas para la noche más terrorífica del año

Cualquier excusa es buena para innovar en la cama. Y la noche de Halloween, además de ser terrorífica, también puede ser de lo más apasionante y divertida. Y es la noche perfecta para introducir juegos de roles y jugar con vuestros disfraces. Por eso, a continuación os presentamos una serie de posturas con las que lo pasaréis de miedo:

Werewolves

Empezamos la diversión por una postura que conectará con vuestros instintos más básicos. Para esto, os colocaréis en el suelo a cuatro patas (sobre las manos y las rodillas).

La persona que se sitúe detrás de la primera tendrá la posibilidad de pellizcar ligeramente los pezones o acariciar la vulva o el pene de su pareja sexual.

Si quieres darle un verdadero toque de Halloween, recomendamos un espacio a la luz de la luna. Intentad conectar con vuestro lado más salvaje y comunicaos solo mediante gruñidos o aullidos. Se trata de una versión más indómita de la clásica postura del perrito.

La buena suerte felina

A estos animales se los asocia con la noche y lo prohibido y están considerados como las mejores amistades de las brujas desde tiempos inmemoriales. Lo cierto es que el mundo felino tiene la capacidad de hechizarnos por sus movimientos sinuosos y elegantes: así que juguemos a conocernos en modo gatuno.

Lo primero es usar una correcta caracterización. Establece contacto visual. Cual felinos de mirada intensa, moveos sensualmente, en círculos, dejando que la vista de tu pareja sexual y la tuya se recreen. Mantened la distancia sin prisa, tocándonos con ligeros zarpazos.

Llegado el momento, una de las dos personas “se dará por vencida”, se tumbará bocarriba, y dejará que su pareja sexual comience a lamerle suavemente el cuerpo, hasta donde os permita la imaginación. También os podéis servir de los dedos. Si todo esto se hace acompañado de un ronroneo… la experiencia será única. Podréis jugar con las vibraciones de la garganta (requiere práctica, pero merece la pena).

La bendición de Tutankamón

En el antiguo Egipto conservaban los cuerpos de los muertos envolviéndolos. En este caso vamos a realizar el camino inverso: jugaremos a crear “una momia”. Para esto, vamos a usar el kit Pandora para inmovilizar a nuestro Tutankamón o Nefertiti particular. La característica principal de Pandora es que no necesitas un cabecero o agarres especiales para poder usarlo, ya que se ata bajo la cama. ¡Ya no hay excusas para no “momificar”!

En este juego inmovilizaremos a nuestra pareja sexual y dejaremos que nuestro cuerpo roce el de la momia hasta que llegue al límite del deseo. Liberaremos su cuerpo cuando se haya explorado el límite del placer.

Déjame entrar

Todo el mundo ha conocido a esa persona vampiresca que, aunque no cuenta con poderes maléficos y elegancia innata, sí cuenta con cierta urgencia que nos lleva a disfrutar de pie y en cualquier lugar. Te proponemos esta postura en la que una de las personas muerde los senos y el cuello mientras usa los brazos para atraer las caderas de su pareja sexual hacia sí. La otra persona cruza la pierna para abrazar la cintura de su pareja sexual de la noche, no vaya a ser que desaparezca... Si se cuenta con buen equilibrio y fuerza, se puede hacer sin ningún tipo de apoyo extra.

Embrujando

Ninguna bruja que se precie sería tomada en serio sin una escoba para volar. Como de momento no se fabrican este tipo de artilugios, te proponemos viajar sin moverte del sitio. Para empezar, adoptaremos un atuendo apropiado para sentirnos seres mágicos.

Aprovéchate de tu brujería y tumba a tu pareja sexual sobre la cama, de forma que sus piernas sobresalgan y se apoyen sobre una silla. Súbete encima y controla el viaje con los pies en el suelo, moviendo las caderas como más te plazca… ¡Es hora de emprender el vuelo!

Frankenstein

Cuando hablamos de monstruos, siempre nos viene a la mente la palabra Frankenstein… Es hora de vivir nuestra propia noche monstruosa, pero llena de placer. Solo necesitamos pelo largo (o una peluca), un bote de laca y mechas blancas subiendo por las sienes. El vestido original en La novia de Frankenstein era blanco, discreto y con mangas largas. Ahora, juguemos a movernos con una seriedad monstruosa. Nos contoneamos con un toque robótico y… lo que surja. ¡Te costará aguantar la risa!

El misionero del más allá

“El misionero” es una postura común, y la menos valorada de la historia, a pesar de presentar muchas ventajas. Permite verse el rostro, besarse, abrazarse… Ofrece un buen control sobre las caderas y el ritmo de penetración, por lo que, si hay sincronía con tu pareja sexual, se puede estimular que da gusto (nunca mejor dicho) la Zona G o el Punto P.

En esta ocasión daremos un pequeño giro a la postura clásica por excelencia para disfrutarla de otro modo. En la penumbra, vamos a jugar a ocultarnos bajo las sábanas, como si fuéramos fantasmas. Déjate llevar por la sensación de estar con un ente desconocido y hazle sentir de todo menos miedo.


¿Se te ocurren otras ideas? Dale rienda suelta a la imaginación: estás en la noche en la que lo natural es lo sobrenatural y casi todo está permitido, siempre y cuando quienes forméis parte del juego estéis de acuerdo… ¡Esto es Halloween!