Tipos besos

¿Por qué besamos?

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Besos, hay de muchos tipos. Besos de amor, de perdón, de despedida, de pasión… Con los besos expresamos aquello a lo que las palabras no llegan.

 

El significado del beso depende del contexto, por supuesto. No es lo mismo un primer beso con tu amor adolescente que un beso de despedida en un aeropuerto. Del mismo modo, no tiene el mismo significado un beso que le das a tu madre, que a un amigo, que a tu crush.

Pero aquí vamos a centrarnos en el beso romántico. Ese beso pasional, el que le das a tu pareja o a tu compañerx sexual.

¿Por qué besamos?

El beso romántico es una de las principales muestras de afecto entre compañerxs románticos y sexuales en el mundo occidental.

Sin embargo su función no está clara. Hay varias teorías sobre el origen del beso, ya que no se sabe si este es profundamente biológico o social.

Lo que sí sabemos es que los labios y la boca tienen muchas terminaciones nerviosas y hay una gran extensión de corteza cerebral encargada de procesar información de estas regiones. Al fin y al cabo, durante miles de años han sido una vía de conocimiento de nuestro entorno.

Además, en nuestro cerebro existen mapas corporales, en los que cada parte del cuerpo tiene una determinada representación en la corteza cerebral. Pues bien, los labios tienen una gran representación en nuestro cerebro. Mucho más que otras zonas del cuerpo.

Dicho esto, se han propuesto 3 posibles funciones de los besos:

  • Evaluar si la persona a la que besamos puede ser unx buenx compañerx romántico o sexual.
  • Facilitar el apego entre parejas ya consolidadas.
  • Facilitar la excitación fisiológica para iniciar las relaciones sexuales.

Una cuestión cultural

Algunos estudios antropológicos estiman que el beso romántico como acto de juntar dos labios para expresar afecto tan solo está presente en el 46 % de un total de 168 culturas humanas. Es decir, ni mucho menos se trata de algo universal. Además, desde la perspectiva evolucionista se entiende que, si una conducta ha llegado hasta nosotros, es porque tuvo un beneficio en el pasado.

Aunque parezca que tenemos un impulso innato de conectarnos con otra persona a través de los besos, en realidad esta acción está influenciada por nuestras costumbres culturales y normas sociales.

Nunca dejes de besar

Los besos en la boca pueden tener una connotación amorosa o sexual. Ten claro que un beso no significa que tengas que tener sexo a continuación. Puedes, simplemente, experimentar y besarte con la otra persona durante horas y disfrutar de esa sensación.

¿Qué puede haber más erótico que sentir los labios, la lengua y la respiración de otra persona contra la tuya? Algunas veces nos olvidamos de ese pequeño placer que tanto nos puede aportar a nuestra relación de pareja.

Besarse frecuentemente es una muestra constante de cariño y de buena conexión con esa persona.

Tómate el tiempo de volver a besar lentamente y apasionadamente, este tipo de intimidad es una de las formas de mantener la llama encendida. Experimenta, experimenta de todas las maneras que quieras durante el beso, con más o menos lengua, lo mismo con la presión, mordiscos en los labios y lo que se te ocurra. Y si queréis subir la temperatura, besaros y masturbaros mutuamente…¡lleva el beso al next level!

Para crear una sensación más intensa y centrarte en esa parte del cuerpo puedes jugar a vendar tus ojos o los de tu pareja e ir introduciendo elementos distintos en la boca. Pueden ser distintas partes de vuestros cuerpos (como la lengua, los pezones, los genitales) o jugar con fruta, elementos fríos o calientes… Déjate llevar por la imaginación y disfruta a tu pareja a través de los besos y el sentido del gusto.

Curiosidades sobre los besos

¿Sabías que la mayor parte de la gente inclina la cabeza a la derecha cuando va a dar un beso a un compañero o compañera sexual?

Cerramos los ojos cuando besamos porque uno de los efectos que tiene en nuestro cuerpo es que se nos dilatan las pupilas al experimentar placer.

Algunxs especialistas de la comunidad científica piensan que besar es un acto que viene de las primeras experiencias de la alimentación. A través de la lactancia y (en algunas culturas) al recibir alimentos masticados previamente de la boca de lxs padres y madres, de bebés podemos aprender a asociar la presión de los labios con un acto amoroso.


Un beso es la culminación de una buena conexión entre dos personas y despierta sensaciones en todo el cuerpo... ¡a besar se ha dicho!
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