Descubre cómo realizar ejercicios con las bolas chinas correctamente, precauciones y tipos de ejercicios
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Descubre cómo realizar ejercicios con las bolas chinas correctamente, precauciones y tipos de ejercicios
¿Quieres empezar a utilizar las bolas chinas y no sabes si debes hacerlo o cómo hacerlo? Estas dudas son normales, pero debes saber que nunca está de más ejercitar nuestro suelo pélvico… ¡No hay que esperar a que lleguen los problemas para ponernos manos a la obra!
Y es que cualquier persona con vulva adulta y sin problemas de salud puede ejercitar su suelo pélvico con las bolas chinas.
Antes de empezar ten en cuenta estas precauciones
Lo más importante es que, si tienes dudas sobre el estado de tu suelo pélvico (y si no las tienes, también es recomendable), consultes con fisioterapeutas del suelo pélvico: ellxs sabrán guiarte y aconsejarte mejor que nadie sobre el uso que debes darles.
Aquí te damos algunos consejos para el uso y/o hacer los ejercicios de las bolas chinas:
Su uso se desaconseja para personas que sufren de hipertonía o dolor de la musculatura. Si sientes dolor al llevarlas puestas, ¡quítatelas! Su uso no debería provocar molestias. Además, si estás embarazadx, no las uses sin haber consultado antes con especialistas del suelo pélvico.
Lo más recomendable es empezar con bolas de mayor tamaño y menor peso, ya que cuanto menor sea su diámetro y mayor sea su peso, más difícil será para los músculos del suelo pélvico mantenerlas sujetas en su sitio. Además, lo ideal es empezar con una sola bola y, una vez tengas el suelo pélvico más tonificado, empieces a usar las dobles.
Asegúrate de que tus bolas chinas cumplen los estándares sanitarios de calidad y que sus materiales son aptos para una zona tan delicada como la vagina… ¡con la salud no se juega!
Lo más recomendable es que las bolas cuenten con un cordón que facilite la extracción, ya que si no puede resultar difícil encontrarla para sacarla. No es que la bola vaya a perderse en el interior de tu vagina, pero tampoco hay por qué complicarse la vida.
Lo ideal es consultar con tu fisioterapeuta de suelo pélvico cuánto tiempo debes usarlas según tus necesidades, pero se suele empezar con unos 10-15 minutos mientras estás en movimiento para comprobar que se sostienen. Si pasamos esta “prueba” sin problemas, se podrían usar durante otros 10 minutos adicionales.
Tipos de ejercicios con bolas chinas
¿Te suenan los ejercicios Kegel? Pues sí, son los indicados para trabajar y tonificar los músculos del suelo pélvico. Deben su nombre a la persona que los desarrolló: el doctor Arnold Kegel, quien, en los años 40 descubrió que el suelo pélvico se podía fortalecer mediante contracciones voluntarias de los músculos que rodean la uretra, la vagina y el ano.
Aquí te contamos cómo practicarlos paso a paso:
Ubica los músculos del suelo pélvico
Si no tienes muy claro qué es lo que tienes que contraer para ejercitar el suelo pélvico, ¿sabes cuando cortas el chorrito del pis? Pues esos son justamente los músculos que intervienen cuando hacemos esto. Ahora que ya los tenemos localizados… ¡ya podemos empezar!
Activa todos los músculos del core
Colócate las bolas chinas y prepárate para empezar. Aunque ya tengamos localizados los músculos que queremos trabajar, es importante que sepas que para que el ejercicio con las bolas chinas sea efectivo, también se deben activar los músculos del core (abdomen, espalda baja y diafragma), ya que son los que aportan soporte y estabilidad a nuestro núcleo.
Encuentra la postura correcta
Además, la postura de nuestro cuerpo también es muy importante, sobre todo al de la espalda: procura que la curva lumbar sea suave durante la realización de los ejercicios, evitando que el culo quede muy hacia fuera o muy hacia adentro.
Contrae y relaja
Ahora sí, empezamos con las contracciones. Como con cualquier otro trabajo muscular, podemos hacerlo por series. Proponemos repeticiones de entre 8 y 10 contracciones de entre 3 y 10 segundos. Puedes hacer unas 3 series al día. Si quieres añadir algún otro elemento como una pelota o una banda elástica al entrenamiento, consulta con tu fisioterapeuta del suelo pélvico.
Si quieres hacerlo más divertido, puedes buscar una canción que te guste (no muy rápida) y realizar las contracciones al ritmo del estribillo, haciendo los descansos durante el resto de la canción.
Descansa entre serie y serie
Tómate al menos entre 15 y 20 segundos de reposo. Solo así conseguirás que tus músculos reposen para poder volver a la carga y ejercitarse correctamente.
¡Las bolas chinas son las pesas del suelo pélvico! Y este grupo muscular es tan importante como cualquier otro… ¿te atreves a probarlas?
Descubre los mejores vibradores de este año
A veces la variedad de juguetes sexuales puede ser abrumadora… ¿qué tipos hay? ¿cuáles son los mejores? ¿cuáles son las ventajas de cada uno? ¿se adapta a lo que estoy buscando? Pues no te preocupes: en Platanomelón queremos ponerte las cosas fáciles haciéndote una lista de nuestros 15 juguetes favoritos… ¡Encuentra tu juguete ideal!
Mambo es el succionador de clítoris de Platanomelón. Sus 12 niveles de succión y sus boquillas intercambiables te descubrirán un mundo nuevo de sensaciones mediante ondas progresivas.
Nuestrxs especialistas han desarrollado este succionador de clítoris de la mano de nuestro equipo de sexología para que puedas intensificar y alargar (¡e incluso a multiplicar!) los orgasmos. ¡Únete y baila al ritmo de Mambo!
¡Toc, toc! Si aún no la has probado… la doble estimulación está llamando a tu puerta. El clítoris y la zona G son dos de las zonas más placenteras de las personas con vulva, así que imagínate cómo será estimularlas las dos a la vez.
Con sus dos motores independientes, 3 velocidades, 7 modos de vibración, efecto calor de hasta 39º C y textura ultrasedosa te hará ver las estrellas… en el mejor sentido.
Oh es un huevo vibrador con control remoto que te permitirá hacer realidad tus fantasías para jugar tanto fuera como dentro de casa. ¿Quieres cederle el control a tu pareja sexual? Pues dale el mando para que pueda hacerte sentir potentes vibraciones dentro de ti.
Su tacto suave y su cordón de extracción lo hacen superfácil de insertar y retirar. Además, sus 4 intensidades y 7 modos de vibración también pueden utilizarse para masajear zonas erógenas como pezones, clítoris, glande…
Las balas vibradoras son un básico en la mesita de noche de todx amante de los juguetes eróticos que se precie. Bali es una bala vibradora superpotente ideal para estimular tanto la vulva como las zonas erógenas.
Úsala progresivamente desde los niveles de vibración más bajos a los más intensos conforme vaya aumentando vuestra excitación. Además de ser superversátil por sí sola, es compatible con una selección de fundas que hacen de Bali un juguete todoterreno.
¿Has probado alguna vez a estimular la zona G? Por si no lo sabías, se trata de una zona ubicada a entre unos 3 y 5 centímetros al interior de la vagina, en la pared frontal, que cuando se estimula, puede dar mucho placer.
Pues bien, Genio está especialmente diseñado para que des tus primeros pasos a la hora de estimular esta zona tan especial gracias a su punta curvada y sus 3 velocidades y 7 modos de vibración.
El sexo oral es una de las prácticas más placenteras del sexo, en eso seguramente estemos todxs de acuerdo. ¡Pues con Coco ya no dependerás de nadie para disfrutarlo!
Coco cuenta con 9 modos de vibración y con 9 modos de movimientos de lengua para disfrutar de cunnilingus intensos y placenteros. Además, puedes utilizarlo dentro y fuera del agua para sentir un efecto distinto… y refrescante.
Mobi es un juguete todoterreno con control remoto que estimula clítoris y vagina de forma independiente para que podáis jugar en pareja... ¡como y donde queráis!
Y es que, gracias a su control remoto, podrás sacarlo a pasear y ceder el mando a tu pareja sexual... ¡Toda una fantasía (y nunca mejor dicho)!
Mini-Diva es un pequeño vibrador clitorial con forma de micro y con cabezal superflexible. Este vibrador mini es muy versátil y sirve tanto para estimular los genitales con sus vibraciones como las zonas erógenas o para dar un extra de placer a vuestras sesiones de caricias.
Además, Mini-Diva es compatible con una selección de fundas que hacen de este vibrador mini un juguete todoterreno.
Los anillos vibradores son el complemento perfecto para dar un extra de placer a la penetración… Y es que ¿sabías que el 76 % de las personas con vulva necesitan estimulación del clítoris para llegar al orgasmo?
Pues con Frodo no tendréis de qué preocuparos, porque estimulará el clítoris también durante vuestras relaciones con penetración.
Tango es un juguete especialmente diseñado para las relaciones con penetración. Sus 9 modos de vibración estimularán a la persona con pene, que experimentará sensaciones mucho más intensas durante el acto sexual, y a la persona con vulva, que sentirá una estimulación doble (en la zona G y en el clítoris).
Además, Tango cuenta con un control remoto para que podáis cambiar la intensidad de la vibración sin tener que dejar de disfrutar.
Si los anillos vibradores te saben a poco… ¡Bongo viene para cambiarte la vida! Se trata de un juguete multiusos para parejas que podréis usar del derecho y del revés: usadlo durante la penetración o para estimular zonas erógenas con sus orejitas como los pezones, los labios, el clítoris, el pene, los testículos… ¡echadle imaginación!
Craby es, sin duda, nuestro juguete más versátil. Y es que, lo creas o no, cuenta con hasta 32 formas de uso diferentes… ¿te atreves a descubrirlas tú mismx? Si quieres saber más sobre este maravilloso vibrador, explora todo el potencial de sus 3 intensidades y 7 modos de vibración a solas o en pareja (vulva-vulva y vulva-pene).
Craby es el juguete sexual ideal para dejar volar tu imaginación y dar rienda suelta a tus fantasías más locas. Si te preguntabas si existe el juguete perfecto, venimos a decirte que sí, y que su nombre es Craby.
Cala es un vibrador clitorial que te permitirá disfrutar de orgasmos para llevar. ¿Alguna vez se te había pasado por la cabeza la fantasía de jugar fuera de casa? Tanto si ya se te había ocurrido como si la idea te acaba de parecer de lo más excitante, Cala es tu juguete ideal.
Cala cuenta con un imán que permite fijar el juguete a la ropa interior y con un mando para que puedas ceder el control de tu placer a quien quieras.
¿Has oído hablar del punto P? Se trata de un punto de placer extremadamente sensible de las personas con pene. Si alguna vez te has aventurado a estimularlo manualmente, imagínate hacerlo con los 9 modos de vibración de Luke.
Luke tiene una punta con movimiento de 30º especialmente diseñada para el placer anal de las personas con pene, para que tus orgasmos sean muuucho más intensos.
Haz que cada masturbación sea distinta con el masturbador de pene Limbo. Se trata de un masturbador para pene con 3 velocidades y 7 modos de vibración que te permitirá estimular tanto las diferentes partes del pene (tronco, glande, testículos…) como otras zonas erógenas.
Limbo es totalmente sumergible y, a diferencia de otros juguetes para pene, ¡es reutilizable! Para que puedas disfrutar de él una y otra vez.
Estos 8 pasos pueden hacer que una masturbación sea épica
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Estos 8 pasos pueden hacer que una masturbación sea épica
Vamos a explicarte, en 8 sencillos pasos, cómo llevar a una persona con pene hasta el clímax con tus propias manos. Pero recuerda que estas solo son algunas técnicas para aumentar el placer: preguntar a tu pareja sexual qué le gusta es la mejor receta para asegurar la diversión.
El masturbador Iris con efecto succión viene para ampliar el repertorio de juguetes para pene de Platanomelón. Este juguete reutilizable cuenta con un sistema de flujo de aire y diseños internos que te permitirán disfrutar de intensas sensaciones sin tener que preocuparte de baterías ni cables.
El primer paso, y muy importante para aprender cómo masturbar a una persona con pene es lubricar bien tus manos. Al igual que las vulvas, los penes requieren de lubricación para disfrutar al máximo. Si no lo tienes ya, puedes encontrar buenos lubricantes a base de agua en este enlace.
Si quieres, para un extra de sensaciones, puedes utilizar una crema estimulante como la Crema Dragón. Esta crema con efecto calor intenso también mejora la circulación sanguínea del pene, haciéndolo más sensible y vigoroso. Aplica unas gotas en el tronco del pene y masajea unos segundos hasta que se absorba. Deja que vaya haciendo efecto, y mientras tanto...
Acaricia suavemente sus testículos con la yema de los dedos. Empieza muy despacio e intenta mantener el contacto visual con tu pareja sexual. Esta es una de las zonas más sensibles de su cuerpo, verás cómo lo disfruta.
Ahora, mientras con una mano acaricias sus testículos, desliza suavemente dos dedos hacia arriba y hacia abajo, a lo largo del tronco del pene. Recuerda, intenta mantener siempre el contacto visual directo con sus ojos. Tu pareja enloquecerá.
Sujeta la base del pene firmemente y rodea el glande, comúnmente conocido como la puntita, haciendo movimientos en círculos con la palma de la mano ahuecada. Si fuese necesario, añade un poco más de lubricante para no dañar el glande, verás cómo disfruta.
Luego, pon la mano en el glande y deslízala a lo largo del tronco del pene, hacia abajo. Antes de que tu mano llegue a la base, sube la otra mano hasta la punta y repite el mismo movimiento hacia abajo. Ve repitiendo estos movimientos de forma sincronizada (en la medida de lo posible), como si utilizaras tus manos para subir por una cuerda.
Para cambiar un poco, embadurna tus manos en lubricante y, con las palmas bien extendidas, frota el tronco del pene como si se tratara de un palo con el que buscas encender un fuego, estilo el último superviviente.
Ve aumentando poco a poco la velocidad y la fuerza, pero sin pasarte, no vayas a hacerle daño...
¡Prepáralo para el orgasmo! Y céntrate en su glande. Con una mano, frota la cabeza del pene con movimientos circulares, prestando mayor atención al frenillo.
Para ayudarnos, podemos utilizar como “apoyo” la otra mano y sujetar la base del pene para que este no se mueva.
Si quieres que disfrute de una experiencia aún más intensa, prueba con algunos de nuestros huevos masturbadores Ova. Estos huevos masturbadores de silicona son ideales para estimular el glande del pene. Si quieres ser un poco más traviesx, véndale los ojos. Enloquecerá de placer, y no sabrá adivinar qué diablos le estás haciendo.
Si quieres matarlx de placer, coloca la potente bala vibradora Neo Plus en la parte inferior del escroto, entre el ano y los testículos, mientras con tu otra mano le masajeas el tronco del pene.
Si tu pareja sexual es aventurera y quiere experimentar el máximo placer, solo falta una cosa: estimular su ano o su próstata durante la masturbación. Para lxs principiantes, te recomendamos utilizar tu dedo o un plug anal pequeño como Mi. Recuerda: el ano no lubrica, así que equípate bien con un lubricante anal o podrías hacerle daño.
Y... si quieres volverte aún más expertx en cómo masturbar a una persona con pene, te recomendamos nuestro artículo de masajes infalibles para el pene.
¿Cómo se masturba la comunidad de Platanomelón? ¡Descúbrelo!
Hicimos una encuesta de masturbación entre la gente de...
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¿Cómo se masturba la comunidad de Platanomelón? ¡Descúbrelo!
Hicimos una encuesta de masturbación entre la gente de nuestra comunidad y... ¡ya tenemos los resultados! Nos encantó leer vuestras respuestas para conoceros un poco más, y queremos compartirlas con vosotrxs.
En Platanomelón tenemos una misión: que todo el mundo pueda explorar su placer y su sexualidad (ya sea a solas o en compañía) de forma sana y sin prejuicios ni tabúes.
Lo primero... ¿qué edad tienen nuestrxs encuestadxs?
Pues, por suerte, ¡tenemos una comunidad bastante variada! De hecho, hemos recibido respuestas de personas desde 20 años hasta 66, lo que nos permite conocer los hábitos de masturbación de grupos generacionales supervariados.
Orientación sexual de lxs encuestadxs
La orientación sexual de las personas que han participado en este estudio de la masturbación es mayoritariamente heterosexual, seguido por un 23 % de personas bisexuales y en menor medida homosexual u otras orientaciones (como puede ser demisexual, asexual…).
Edad a la que empezaron a masturbarse
La edad media a la que empezaron a masturbarse lxs encuestados fue a los 15 años. Sin embargo, llama la atención la diferencia entre personas con vulva y personas con pene... Mientras las personas con pene empezaron a masturbarse con una media de 13 años, ¡las personas con vulva empezaron alrededor de los 16!
Esta brecha pone en evidencia el tabú en torno a la masturbación que sufren sobre todo las personas con vulva en su juventud, lo que conlleva un conocimiento de sus cuerpos y de su placer más tardío. ¡Aunque, por suerte, esta tendencia es cada vez menor!
Frecuencia semanal de masturbación
La media general de masturbación es de 4 veces a la semana. ¿Qué te parece? Sobre todo, nunca tienes que sentirte mal por considerar que te masturbas “demasiado” o “muy poco”. Siempre que te sientas a gusto con tus hábitos de masturbación y lo hagas porque te apetece, ¡está bien!
De nuevo, aquí vemos un desequilibrio entre las personas con pene (5 veces semanales) y las personas con vulva (3 veces semanales). Este dato, de nuevo, evidencia la influencia de los prejuicios sociales en torno a la masturbación de las personas con vulva.
Tiempo dedicado a la masturbación
Ante todo, que sepas que no hay un tiempo “adecuado”. Habrá veces que quieras tomártelo con más calma y dedicarle más tiempo a ese momento contigo mismx y otras veces que sea cuestión de pocos minutos... ¡Veamos cuánto tiempo suele dedicarle nuestra comunidad a la masturbación!
Masturbación con juguetes sexuales
¡Los juguetes eróticos son potenciadores del placer! Por eso, teníamos curiosidad por saber hasta qué punto los incluís en vuestras sesiones de masturbación... ¡Y hemos visto una diferencia abismal entre personas con pene y personas con vulva!
Parece que las personas con pene aún tienen un largo camino de descubrimiento del potencial de los juguetes sexuales por delante.
Masturbación en pareja
Masturbarse en pareja puede tener muchos beneficios, y es que la masturbación es una gran oportunidad para guiar a nuestra pareja por nuestros puntos de placer y potenciar así la excitación... ¿cuánto creéis que practica la gente la masturbación en pareja?
Además, ¿sabías que la mayoría de nuestra comunidad (53,7 %) no disminuye su frecuencia de masturbación cuando está en pareja?
Recursos para la masturbación
La excitación es un ingrediente esencial a la hora de masturbarnos... ¿Y de qué tira nuestra comunidad para ponerse a tono?
Pues... en este caso, la diferencia entre los recursos de las personas con pene y las personas con vulva es bastante sustancial: mientras las personas con pene recurren más a la pornografía, las personas con vulva tiran más de imaginación.
Curioso, ¿no?
¿Cuáles son los motivos principales por los que se masturban?
Pues, por supuesto... ¡EL PLACER! Aunque puede haber muchos motivos por los que nos masturbamos, el placer es el motivo por excelencia.
Autoconocimiento a través de la masturbación
Y, por último, ¿piensa nuestra comunidad que la masturbación les ha ayudado a conocer más su placer y mejorar así sus relaciones sexuales?
¡Pues un 94,4 % de los encuestados piensan que sí! Y es que, ¿qué mejor manera hay de conocer nuestro propio cuerpo y nuestros puntos de placer que la autoexploración?
Por este motivo y por muchos más, ¡manos (y juguetes) a la obra y FELIZ SEMANA DE LA MASTURBACIÓN!
El 26 de abril se celebra en España el día de la Visibilidad Lésbica.
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Existen muchos mitos alrededor de las lesbianas... ¡desmontémoslos!
El 26 de abril se celebra en España el día de la Visibilidad Lésbica, que pretende reclamar la igualdad de derechos y oportunidades de las personas lesbianas.
¿Por qué es necesario dar visibilidad al colectivo lésbico?
Las mujeres han sido invisibilizadas a lo largo de la historia (y por desgracia aún a día de hoy), y más aún las que tienen una orientación sexual que se sale de la norma.
Por tanto, las relaciones sexuales vulva-vulva también han estado fuera del diálogo social. Esto ha generado una falta de referentes, pero, a la vez, ha dejado espacio para construir prácticas de placer más fluidas y libres.
Lo que no se muestra, no existe de cara a la escena pública. Por eso es tan importante dar visibilidad a este grupo poblacional: para derribar tabúes, mitos y estereotipos y educar a la sociedad frente a la confusión entre términos independientes como son la expresión, la orientación y la identidad sexual.
Puntos de acción para asegurar los derechos de las lesbianas
La identidad lésbica, como la de cualquier identidad ajena a la heteronormatividad, se ve afectada por el estigma y la discriminación. Es importante se apoyen políticas que aseguren un entorno seguro y libre para las personas pertenecientes a estos colectivos históricamente invisibilizados.
Es fundamental que se tenga en cuenta la diversidad de orientaciones a la hora de proporcionar una atención médica, sexual y mental adecuada, ya que puede conllevar unas necesidades específicas (información de educación sexual, de protección frente a las ITS, de atención psicológica específica frente a la discriminación y la violencia homófoba...).
Es muy importante asegurarnos de que las mujeres lesbianas cuenten con todos los recursos para ser componentes de la sociedad de pleno derecho: libres de discriminación en el ámbito laboral, público y privado.
Derribando mitos sobre las personas lesbianas
No es una fase
La orientación sexual no es una fase, ni un periodo de “experimentación” que se vaya a pasar con el tiempo. La orientación sexual es una cuestión muy personal y no está en manos de nadie más que las nuestras propias el definirla en cada momento.
De hecho, los pensamientos o comentarios tipo “ya se le pasará” son una forma de violencia hacia las identidades y orientaciones que se salen de la heteronormatividad.
No significa que odien a los hombres
¡La orientación sexual no tiene nada que ver con tu aceptación hacia el género por el que no te sientes atraídx! Es como decir que un hombre cis hetero odia a otros hombres cis solo porque se siente atraído por las mujeres... Ridículo, ¿no? Pues eso.
No se besan en público porque quieran un trío
Si muestran su amor públicamente es porque no tienen nada de lo que avergonzarse y no tienen por qué ir escondiendo sus muestras de afecto... ¡No porque quieran ser el objeto sexual de nadie!
Históricamente la sociedad ha sexualizado las relaciones entre mujeres, negándoles sus propios deseos para pasar a convertirlas en el blanco del deseo masculino.
Sus prácticas sexuales SÍ son sexo
A la cultura heteronormativa le cuesta aceptar que puede existir el sexo sin la intervención de un pene y sin que haya penetración. Por suerte, el sexo cada vez se concibe de una forma más plural y, aparte de contemplar otras sexualidades más allá de las parejas pene-vulva, se empieza a entender que el sexo no es solo coito.
Sea cual sea tu orientación sexual, mereces ser vistx y respetadx... ¡Feliz día de la Visibilidad lésbica!
Finalista del concurso de microrrelatos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera. Lo vi a través del cristal de una de las múltiples tiendas de la ciudad y no pude evitar ir hacia él.
Quizá fue la estación lo que me llevó a hacerlo y sin pensarlo demasiado. Entré rápida hacia él y unos minutos más tarde ya estábamos yendo hacia mi casa.
Cuando llegamos, fuimos directos hacia la cama. Fue mágico. Acariciaba cada centímetro de mi piel suavemente, haciéndome sentir un cosquilleo al acercarse a mis zonas erógenas, un cosquilleo que me pedía que le gritase: "Sigue, por favor".
Tomaba mis curvas a la perfección, como si siempre las hubiera circulado, haciéndome sentir un placer desconocido en la simpleza de las caricias. Aprovechó cada movimiento, cada zona, cada ángulo, cada escondite, cada centímetro... Hasta el orgasmo.
Acabamos cuando la luna ya se veía por la ventana y el sol primaveral se había escondido.
Así que una vez acabado con mi primer amor, lo lavé, lo puse a cargar y me fui a duchar antes de hacer la cena.
Esteban Liñares Barral
Finalista del concurso de microrrelatos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera. Su presencia era magnética, mi deseo, irrefrenable. La había soñado tantas veces que me parecía conocerla de toda la vida, pero nunca había visto su rostro en la realidad: al fin estabas allí, tan real como el sol que brillaba sobre nuestras cabezas.
La tarde continuó avanzando y nuestras palabras se deslizaron como serpientes por el aire caliente y húmedo. Cada vez que ella se movía, un escalofrío de anticipación se extendía por mi piel.
Me sentía como si estuviera en una habitación cerrada sin aire, como si estuviera en peligro de muerte, mi corazón latiendo tan fuerte que parecía que iba a explotar en cualquier momento.
Cada vez que nuestras pieles se rozaban, la electricidad me recorría como un rayo, haciéndome temblar y anhelar más. Las palabras que salían de mi boca parecían tan vacías en comparación con el fuego que ardía dentro de mí… No podía esperar más, necesitaba que sucediera algo, cualquier cosa. Mi cuerpo se tensaba, buscando una liberación de esa ansiedad que me estaba consumiendo.
TRUENO Y FUEGO
Y cuando la lluvia llegó, cayendo sobre nosotros como una bendición, nuestras miradas se encontraron. Lo supe. Nos acercamos y nos besamos con el ansia de aquellos que han esperado años para entregarse al éxtasis liberador. Nos devorábamos como si no hubiera un mañana mientras nuestros cuerpos se unían en una danza lujuriosa y ancestral.
Mis manos se deslizaban por su piel sudorosa, explorando cada curva y cada rincón de su cuerpo, mientras los gemidos se mezclaban con el sonido de la humedad. La lluvia arreciaba sobre nosotros, golpeando nuestros cuerpos con fuerza y haciendo que cada gota sonara como un opaco tambor en nuestra piel.
La noche nos sorprendió abrazados bajo la lluvia, experimentando cada una de nuestras fantasías más profundas y salvajes. El viento soplaba con fuerza, haciendo que los árboles se agitaran como si estuvieran poseídos por la misma pasión que nos consumía mientras los relámpagos iluminaban la noche, dándonos vislumbres de nuestros cuerpos entrelazados y de los rostros de éxtasis que compartíamos.
La electricidad estaba en el aire, literal y figurada. Nada podía detener el fuego que ardía entre nosotros. La lluvia seguía cayendo, refrescando nuestros cuerpos, tan calientes como brasas ardientes. Cada gota que caía solo aumentaba nuestra excitación, y nuestros cuerpos se movían juntos en la endiablada danza bajo el diluvio de Dios. El sonido de nuestras respiraciones entrecortadas se mezclaba con el sonido de la lluvia: una sinfonía de placer que solo alimentaba nuestro deseo.
CATARSIS
Cuando la lluvia se calmó y los truenos disminuyeron, nos quedamos abrazados, exhaustos, felices. Todo lo que quedaba ahora era el silencio y la calma que seguían a la tormenta.
Incluso ahora, años después cada vez que escucho el sonido de la lluvia, puedo sentir el calor de su cuerpo contra el mío, y el tacto de sus dedos en mi piel.
DeLarge
Finalista del concurso de microrrelatos eróticos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera y no pude mirarle a los ojos.
Tampoco me hizo falta, reconocería hasta en el más profundo infierno el aroma a vainilla y cedro de su cuello, tan meticulosamente pensado, tan poco sutil como inconfundible.
Me crucé con ella pero no, no le dirigí ni una mísera palabra. ¿Cómo podría, mi amor? Si sé lo que hago cada vez que te recuerdo. Si mi lubricación sigue llevando tu nombre.
Cómo hablarte sin contarte que pienso en tus dedos cuando otros me rozan. Que detesto beber tequila si no es desde tu ombligo. Que el sudor no me excita si no es el de tu piel y que aún veo tu sello rojo en mi cigarro.
Cómo podría mirarte sin pensarte desnuda, agitada, excitada con el calor de mi aliento y el roce de mi lengua. Cómo decir "hola" si sueño con susurrar "córrete".
Cómo podría hablar ahora que el maldito aroma de tu cuello ha vuelto a cortar mi respiración.
Finalista del concurso de microrrelatos eróticos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera. Llevábamos sin vernos desde el instituto. Ella se había mudado a Barcelona a estudiar un grado en filosofía; yo, a Granada.
Desde entonces no habíamos vuelto a coincidir, y tampoco habíamos intercambiado más que unos mensajes cordiales de vez en cuando. Hacía mucho que no sabía de ella, y me sorprendió gratamente ver que se había dejado flequillo y que parecía más feliz. Éramos dos personas muy distintas a las que se habían despedido varios años atrás.
Y justamente en eso pienso (en la poca frecuencia con la que habíamos hablado y en lo mucho que debíamos de haber cambiado las dos con los años) mientras escucho sus gemidos ahogados en mi oreja, acompañados de su aliento caliente y húmedo y el maravilloso sonido que hace su cuerpo al frotarse con el mío.
Es increíble lo que unas cuantas cervezas y un poco de sol primaveral le hacen a una en la cabeza. Pocas horas antes habíamos estado charlando alegremente, después de encontrarnos por casualidad en la plaza, con una jarra bien fría en la mano y con los ojos muy fijos la una en la otra. Ahora, encerradas en el minúsculo baño del bar donde estábamos bebiendo, la aprieto contra mí y la toco sin molestarme en quitarle la ropa. —No sé cómo he vivido todo este tiempo sin que me tocaras —jadea, levantando la cabeza para que le bese la curva de la mandíbula.
Yo tampoco lo sé. Todo este tiempo sin acariciar sus curvas, sus pliegues, sus labios. Sin besarle las clavículas y sin escucharla suspirar. ¿Cómo he vivido antes, y cómo se vive después de esto?
Le cubro la boca cuando su cuerpo alcanza el clímax y se sacude contra el mío. Le muerdo suavemente el lóbulo, con cuidado de no tirarle de los grandes pendientes de aro que lleva colgados, y dejo que se calme sentada en mi regazo. Respira agitadamente y apenas puede mantener los ojos abiertos; me parece lo más bello que he presenciado jamás.
No es hasta que alguien llama a la puerta que volvemos a la realidad en ese baño pequeño y sucio. Me doy cuenta de cuánto contrasta su vestido rojo con esas paredes oscuras y manchadas. Nos peinamos nerviosamente frente al espejo, nos colocamos bien la ropa y salimos del baño sin mirar a la persona que espera a entrar.
Mi primer amor, la chica más guapa que he visto jamás, la persona en la que he pensado noche tras noche durante los últimos años se sujeta a mí, pues aún le tiemblan un poco las piernas. Está sonriendo, y sospecho que el rubor de sus mejillas no es causado solo por el alcohol que anteriormente hemos bebido.
Me pregunto cuántas primaveras habré de esperar para poder tocarla de nuevo.
Ágata Jimena Murga
Primer premio del concurso de microrrelatos eróticos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera. Adormecida todavía de la siesta, me dirigía a una cita que había conseguido a través de una aplicación móvil, sin muchas expectativas después de las últimas intentonas.
Parada en el semáforo, crucé la mirada con unos ojos azules que hacía demasiado tiempo que no veía y todo mi cuerpo empezó a reaccionar. No sabía si hacerme la despistada o saludar efusivamente, porque mis piernas estaban paralizadas.
Pero me reconoció y bajó la ventanilla y la conversación empezó a fluir y empezaron los pitidos de otros coches y... Y que si tenía planes, me preguntó. Y a mí se me olvidaron. Así que subí en el asiento del copiloto e intenté centrarme en lo que me decía, pero es que su voz seguía provocando demasiadas cosas en mí.
Fuimos a tomar algo y yo empecé a sentir más calor del que hacía. Noté cómo movía mi pelo más de lo habitual, cómo mordía mis labios después de la risa mientras miraba los suyos y la forma en la que mis bragas se mojaban más y más cada vez que me tocaba sutilmente el muslo.
"¿Nos vamos?", me preguntó, sonriéndome. Y yo le quería decir sí, pero que a cualquier sitio donde pudiéramos estar sin gente. Pero me disculpé y fui al baño y, cuando estaba lavándome las manos, vi la puerta abrirse y sus ojos mirándome fijamente. Sonreí de medio lado y supo que era una invitación.
Se acercó por detrás y empezó a besarme el cuello. Cerré los ojos y cuando me quise dar cuenta estábamos frente a frente. Intenté dar el primer beso pero no me dejó: eran resquicios de un juego que teníamos. La única regla era que antes de la boca, había que besar otras tres partes del cuerpo.
Sonrió con malicia. Le devolví la sonrisa: empezaba el juego. Comisuras de la boca, lo sé, casi trampa. Cuello. Recorrí con el índice desde su cuello hasta la parte baja de la camiseta. Se la subí. Sabía lo que venía a continuación, lo que iba a hacer. Nos seguimos conociendo demasiado bien.
Abrí lo suficiente el sujetador como para poder besar su pezón. Gimió. Y yo noté cómo los latidos del corazón se me colaron entre las bragas. No aguantábamos más, nos teníamos demasiadas ganas y...
Y me desperté. Con más calor del que hacía esa tarde. Me duché y me fui a mi cita. Por un momento, me descubrí buscando unos ojos en cada semáforo. Pero llegué al lugar de la quedada sin interrupciones del pasado.
No estaba mal, conversación interesante, sonrisa bonita. Quién sabe. Me reí de una anécdota y sin querer recorrí el restaurante con la mirada. Y joder. Esos ojos. Ahí estaban.
Se levantó y vino hacia mí. "Qué casualidad, he soñado contigo hoy" me dijo. Y me dio un beso en la comisura de los labios. Y entró en el baño, no sin una última mirada que me invitaba a ir detrás.
Maara Wynter
Tercer premio del concurso de microrrelatos
Me crucé a mi primer amor una calurosa tarde de primavera. Llevábamos mucho tiempo sin vernos y una conversación improvisada se hacía corta para ponernos al día. Me propuso tomar algo. Quedamos en vernos esa misma noche, pero yo no podía esperar.
De camino a casa no dejaba de pensar en él y recordar tantos momentos placenteros a su lado. Llegué a casa, cerré la puerta y me apoyé en ella.
Empecé a humedecerme por el ardor de la nostalgia. Fui con prisa a mi habitación, me senté en la cama, frente a un espejo, y me quité la ropa poco a poco. Me movía con delicadeza, seduciéndome.
Lamí mis dedos, sin apartar la mirada del espejo, y fui bajando por mi torso hasta detenerme en mis pechos. Humedecí mis pezones suavemente con la yema de mis dedos, dibujando en ellos formas de todo tipo, observando como una simple espectadora.
Pensaba en lo que quería hacerle esa noche. En lo que quería que me hiciera. Y seguía bajando lentamente. Mis sutiles gemidos empañaban el ambiente. Los dibujos de mi pecho ya no se distinguían con el sudor. Estaba muy excitada. No dejaba de mirar cómo mi cuerpo se agitaba impaciente, y yo jugaba con él. No podía esperar más.
Deje que mis dedos se deslizaran bajo mi abdomen y me saborearan. Me rocé poco a poco. Mi cuerpo temblaba y suplicaba que lo complaciera, y yo me miraba desafiante y hacía el juego más y más intenso.
Paseé mis dedos, casi como caricias, entre mis piernas. Me apiadé de mí y, con mucha calma, me fui dando lo que quería, incrementando la presión. Cada vez estaba más mojada y gemía más fuerte.
Pensaba en cómo le daría ese mismo placer a él. Imaginaba que eran sus manos las que me hacían retorcerme así. Sin darme cuenta, los dedos de mi otra mano pasaron de mi pecho a mi boca. Los relamí para que ellos me relamieran a mí. Fantaseaba con que no eran mis dedos lo que mi lengua degustaba. Iba a estallar.
Mi mirada afilada disfrutaba atentamente de cada movimiento y me pedía más, y yo cumplía sus órdenes. Deje mis dedos bien empapados y entré dentro de mí, mientras mi otra mano seguía tocándome, cada vez más veloz y apasionada.
Mordí mi labio inferior con fuerza y me abandoné en las sensaciones. Noté que el clímax se aproximaba y quise ver cada pequeño gesto que este me provocara, así que no deje de mirarme a los ojos mientras todo mi ser explotaba de placer.
Me dediqué una última mirada y me dejé caer rendida en la cama. Mi cuerpo seguía extasiado y mi mente reposaba en una nube.
Jadeaba por la energía del momento y sonreía fascinada cuando un ruido me despertó del trance en el que estaba. Era mi teléfono. Me levanté y corrí a alcanzar la llamada antes de que se colgara. "¡Hola! ¿Cómo vas? Yo ya estoy aquí.”
Violeta Ocaña