¿Hay alimentos que potencian la excitación?

Cuando Cronos cortó los genitales de Urano y los lanzó en el mar, nació Afrodita. O Venus, en el caso de la mitología romana (de hecho, en el cuadro de abajo Botticelli representa el nacimiento de Venus). El caso es que Afrodita es la diosa del amor, de la belleza, de la fecundidad y de la energía primaveral, y la razón de que llamemos afrodisíacos a esas sustancias que incrementan el deseo sexual entre las personas.

Seguro que has escuchado alguna vez que el chocolate, las fresas o las ostras son alimentos que aumentan la libido. Molaría mucho que fuera así porque solucionaría muchos problemas entre parejas sexuales, pero lo cierto es que la ciencia no lo ha podido demostrar. Sigue leyendo, que te contamos más.

Los afrodisíacos históricos

En general, se suele pensar que los afrodisíacos son alimentos o brebajes que mejoran el sexo. La verdad es que cualquier sustancia que se cree que despierte el deseo sexual puede ser considerada un afrodisíaco, y los podemos encontrar en todas las culturas:

  • En el antiguo Egipto, untaban un líquido compuesto por corazón de cocodrilo en el pene.
  • En la antigua Grecia, se utilizaba la raíz de mandrágora para aumentar el potencial sexual.
  • En la antigua China, se comían los órganos sexuales de los animales.
  • En la antigua Roma, los hombres consumían el semen de los jóvenes porque pensaban que se transfería la virilidad juvenil.
  • En Europa, durante siglos se ha creído que el marisco, particularmente las ostras, eran alimentos afrodisíacos durante siglos.
  • En Cerdeña, consideraban que el queso Casu marzu, elaborado gracias a la infección de larvas vivas de moscas, era un afrodisíaco.
  • En Indonesia, se considera un afrodisíaco el durian, una fruta que contiene un alto nivel de estrógenos.

Hasta aquí hemos hablado de creencias sin demostración alguna, pero… ¿Qué dice la ciencia?

Los afrodisíacos según la ciencia

Toda la mística en torno a los afrodisíacos ha generado la necesidad de demostrar si es cierto que influyen en el deseo sexual o no.

Una de las investigaciones más relevantes, que se encargó de revisar toda la literatura científica de los afrodisíacos, la realizó la Universidad de Guelph, en Canadá. La conclusión que sacaron los responsables de la investigación fue que los afrodisíacos naturales no existen en un sentido estricto, sino que existen productos con propiedades que pueden influenciar en la libido sexual.

Ahora bien, se tendrían que ingerir unas cantidades enormes para notar los efectos estimulantes, cosa que NO recomendamos.

El café contiene cafeína, que es un estimulante natural que genera la producción de endorfinas, las hormonas del placer. Según un estudio realizado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, las bebidas que contienen cafeína pueden mejorar los problemas de erección.

El consumo de chocolate provoca un efecto parecido al consumo de café. Pero no vale cualquier tipo de chocolate, tiene que ser el chocolate negro, que contiene feniletilamina y triptófano. La primera ayuda a liberar endorfinas y oxitocina y, la segunda, ayuda a segregar serotonina, la hormona de la alegría. Justamente son estas mismas hormonas las que se liberan durante el sexo y el enamoramiento.

Se trata de una planta que se toma en forma de infusión y que crece en zonas frías como las montañas de China, Corea, Rusia, Japón y Canadá. Además, la infusión de ginseg también aumenta la producción de óxido nitroso, una sustancia que relaja las arterias provocando así un incremento del flujo sanguíneo. Según un estudio publicado en el Food Research International, el ginseng es efectivo para el tratamiento de los problemas de erección.

Es una especie de tubérculo que se cultiva en las montañas de la cordillera de los Andes. Uno de sus usos más comunes es para mejorar el deseo sexual de las personas que están pasando por la menopausia.

El efecto placebo

Cada vez más la ciencia se decanta por la teoría de que el efecto placebo puede tener un papel muy importante en los afrodisíacos. Es decir, ningún producto afrodisíaco es afrodisíaco en un sentido estricto, sino que haría falta tomar cantidades descomunales para que llegara a hacer efecto.

Así pues, si creemos que los alimentos afrodisíacos aumentarán nuestro deseo sexual y nuestra excitación, es posible que ocurra. El verdadero afrodisíaco es la mente.
Al fin y al cabo, cualquier excusa es buena para comer chocolate, ¿no?